El suicidio de las vacaciones

Regresar de las vacaciones siempre tiene su handicap.

Como escuece volver del descanso estival, ya sabes, retomar los horarios, dejar que el bronceado “azúcar de caña” se vuelva más pálido hasta llegar al blanco nuclear de la oficina… Pero regresar de las vacaciones de Navidad, eso es otro nivel.

Todavía estás viviendo en esa nube de villancicos y colores dorados con comida por doquier, regalos en abundancia, horarios dispares, copas, restaurantes, amigos, familia, viajes, fiestas descontroladas, tardes de juegos en la mesa camilla de casa de tus padres con el brasero eléctrico o con la chimenea (quién la tenga), la bandeja de los polvorones y turrones de la abuela… Pero no nos olvidemos que con el final de las vacaciones de la paz y el amor llegan la Rebajas, la cuesta de Enero, apuntarte al gym, dejar de fumar, ponerte a dieta, los horarios matutinos, la merienda los niños, aguantar al jefe (no lo digo por los míos que son unos Santos)… Que estrés, para que nos vamos de vacaciones? Pues si calaveras, regresamos de las vacaciones necesitando otras.

Menos mal que siempre tenemos música, esa que nos ha acompañado en Navidad y la otra que nos ayuda en la depresión post vacacional.

Hoy os traigo unas perlitas musicales que os ayudará en esta transición, tracks que relajan nuestra audición después de días de truenos.

Buscamos una frecuencia que nos ayude a pasar estos momentos y regresar a la “normalidad”.

“El único orden en el universo es sólo un ciclo que va de la calma al caos y viceversa”. Toba Beta